Pablo Valle, subdirector del Hospital Pasteur, precisó que el flamante servicio se puso en marcha en el mes de septiembre, aunque por razones de fuerza mayor se inauguró en el mes de diciembre. Además, explicó que este procedimiento “tiene un moderno enfoque en el cual el paciente tras ser intervenido quirúrgicamente no permanece internado durante la noche en el centro de salud. Es decir, el paciente se interna durante una hora, se realiza la práctica quirúrgica convencional y, tras el transcurso de 3 o 4 horas de recuperación, se retira nuevamente a su domicilio”.
El proceso de cirugía ambulatoria brinda numerosos beneficios para los pacientes: la disminución de infecciones intrahospitalarias y de complicaciones derivadas del reposo prolongado mínimo se suman a un cambio en el entorno familiar y social del paciente (factor especialmente importante en cirugía pediátrica), manifestado en una actitud psíquica que promueve una recuperación postoperatoria más precoz.
Para Valle otro beneficio para la comunidad del hospital es “el rediseño de la cirugía tradicional, para que no sea necesaria la cama, un verdadero talón de Aquiles en todo intento por incrementar la actividad quirúrgica”. Esto, según el directivo, “busca reducir el acortamiento de las listas de espera para las cirugías programadas”.
Por otra parte, Valle aseveró que “este procedimiento permitió dar respuesta a la demanda de cirugías en un momento complejo de nuestra comunidad causado por la pandemia”.
Finalmente, sobre los objetivos a futuro, el médico se mostró esperanzado en alcanzar “las 50 cirugías mensuales, para, luego de un proceso de organización de recursos y de la aceptación de la comunidad, llegar al centenar de intervenciones.”